27/1/09

La diferencia es bella

No entraré a analizar aquí si el trabajo de Moebo es más o menos vanguardista o contemporáneo. Si es arte o diseño o si es accesible a cualquier cliente o sólo a unos pocos.
Moebo lleva años (lo sé de buena mano) intentando llevar sus diseños a una dimensión comprometida que consigue profundizando en su lenguaje personal y repitiendo 100 veces cada trabajo mientras lo aleja de todo lo que posiblemente ya está hecho o dicho. Sabe que la diferencia estriba en el discurso global y no en los hechos aislados y ante todo en el sistema gráfico creado para cada uno de sus clientes.
Cuando empezó a delimitar su estilo yo pensé que estaba alejándose de la ortodoxia del diseño que siempre había defendido. Viendo ahora su web entiendo que lo que en otro diseñador sería una condena a la repetición es en Moebo una fórmula de libertad personal y el cumplimiento de la necesidad absoluta de crear imágenes radicalmente diferentes a todo lo demás. Es lo que ocurre cuando se posee una naturaleza obsesiva y meticulosa (pero también enormemente intuitiva) y una conciencia del entorno clara y comprometida.
Las empresas que han adquirido un logotipo de Moebo sabían que el objetivo de su imagen de marca era diferenciarlas de su entorno y sin darse cuenta forman ya parte de una galería muy especial.

Fragmento del artículo “un diseño líquido” de Daniel Gauli